miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Ustedes piensan lo mismo?.¿ Cuando una se golpea, le duele a la otra?, ¿ Cuando una se enferma la otra también? 


Aquellas son preguntas con las que mi hermana Daniela o Nani (como le decimos en la familia) nos hemos encontrado una y otra vez a lo largo de nuestras vidas. El tiempo que hemos compartido desde el vientre de mamá nos ha permitido reconocernos mutuamente de una manera especial, aunque confieso que nunca he sentido literalmente su dolor físico cuando ha recibido un golpe, sí ha llegado a afectarme de manera emocional. Sin embargo, en cuanto a las enfermedades, en la época de infancia cuando una se enfermaba la otra resultaba tiempo después con los mismos síntomas, pero esto ha ido cambiando con el tiempo y actualmente mi hermana es un poco más debil de salud. 

Aunque no podría decir que todo el tiempo pensamos lo mismo, si tengo la certeza de que nuestros pensamientos están conectados, han habido ocasiones que nos hemos soñado con personas que hace años no vemos, sin haber hablado de ellas los días anteriores, y eso es una situación que nunca he podido explicarme, ni explicar a los demás. Muchas veces cuando estamos hablando con otras personas Nani y yo respondemos lo mismo al unísono,pero no estoy segura si se trata de una coincidencia o tiene que ver exclusivamente con ser gemelas.









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sábado, 4 de mayo de 2013




La diferencia ha sido un aspecto ambivalente que se ha manifestado tanto positiva como negativamente. A medida que hemos ido creciendo y a pesar de que nuestros rasgos han ido cambiando, cada vez me siento más vulnerable frente a las observaciones detalladas de los otros mientras me comparan con Nani, pues aunque mi cuerpo intenta resistirlo mi interior se aquieta e incómoda en gran manera.

El Honguito


Daniela y Catalina 1994.

A la edad de 5 años, fuimos a cortar nuestro cabello a otro lugar que no era el habitual. Yo me escondí detrás de la espalda de mi madre, y Nani como siempre fue la valiente que tomó la decisión de dejarse cortar primero, mientras dijo: de todas formas no duele. Durante los minutos de espera mi mirada iba y venía  tras la caída de negros y finos cabellos sobre el piso. Cuando el estilista giró la silla de mi hermana, tome impulso y salí corriendo.

El corte honguito había transformado su apariencia totalmente, el cabello estaba tan corto que parecía un niño. “Daniel el travieso” o simplemente “Daniel”, eran unas de las formas como le llamaban los profesores, familiares y compañeros, y aunque aquella fue una oportunidad en que no hubo ningún tipo de confusiones de las personas acerca de quien era quien, lo que me afectó en esa instancia fueron las burlas que los demás le hacían a ella.


La parte más vulnerable al cambio siempre fue el cabello, aquel 30 de diciembre de 2008, ocurrió un cambio drástico en nuestro aspecto cuando a Nani le dio el arrebato de pintarse el cabello color violeta. Yo sentí que no me podía quedar atrás y en un impulso desaforado pedí que me pintaran mechones color verde. Aquello incentivó a que en los días venideros, nuestros cabezas sufrieran alteraciones diferentes a lo largo de nuestra adolescencia y edad adulta.


Nos parecía divertido que desde pequeñas, Mamá nos vistiera del mismo estilo de ropa pero de distinto color, tanto así que decidimos conservar  esta costumbre aproximadamente hasta los 16 años, donde incluso llegamos a tener prendas totalmente iguales. Repentinamente empezamos a vestir diferente aunque conservando un estilo parecido (ya que siempre hemos tenido gustos muy similares). El cambio en el modo de vestir no fue tan radical como el cambio en el cabello, mas bien fue sucediendo paulatinamente, aunque nos intercambiábamos prendas. Sin embargo al pasar del tiempo cada una ha ido intentando conservar su ropa separadamente.

¿A cuántos los vistieron igual o parecido a sus hermanos (as)? ¿ Quién se anima a compartir fotos con sus hermanos (as) en el grupo en facebook ?

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Catalina y Daniela 2011


Junto con ella también nos dimos a la tarea de identificar aquellos rasgos que difieren entre nosotras, y así usarlos como puntos de referencia, para dar contestación a una pregunta que se presenta una y otra vez: ¿En qué se diferencian?, y así reducir el tiempo en que somos observadas. El lunar que marca la parte superior derecha de la boca de mi hermana, se trasladó a la parte superior izquierda de la mía, causando un efecto espejo cuando nos miramos frente a frente. Por otro lado, la planta del pie derecho de Nani es pintada por un lunar similar al que habita en la zona interior de mi brazo izquierdo y una diferencia en nuestra altura me hace estar dos centímetros mas cerca al cielo.